viernes, 23 de diciembre de 2011

¡Felices Fiestas!



Un año más os envío mis mejores deseos para estas fiestas. Que el nuevo año que va a dar comienzo venga cargado de ilusiones renovadas y vea cumplidos, si no todos, al menos parte de nuestros sueños y proyectos.

¡Qué la buena luz esté con todos vosotros y... sed felices!

Nuevos mapas de la editorial Alpina


Fieles compañeros de andanzas los mapas de la editorial Alpina me han acompañado en todas mi salidas por la geografía española desde que comencé mi afición por la montaña hace ya casi 20 años.

Ahora me llena de orgullo poder contemplar mis fotos en las portadas de algunos de los mapas más recientes que se han editado.

Espero y deseo que esto sea sólo el comienzo de una buena relación.

Nota: podeís ver las tres fotos que aparecen en cada uno de estos mapas, aquí, aquí y aquí.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Nueva foto en National Geographic Viajes

En el próximo número, 142, de la revista National Geographic Viajes podéis encontrar casi a doble página la foto que acompaña esta entrada.


Es curioso que esta foto no haya tenido cabida en ninguna de las entradas de este blog,... hasta ahora.

La tomé hace un par de años en mi querida sierra de Guadarrama, aprovechando unas nevadas recientes y temperaturas por debajo de los -10ºC.
Son pocos los días del año en los que la salida del sol no queda oculta por la Maliciosa desde Siete Picos. Estaba todo estudiado, pero el tiempo se me echó encima y momentos antes de realizar la foto el estrés rezumaba por todos los poros de mi piel al no encontrar una primer plano fotogénico mientras el sol avanzaba cada vez más en su ascenso. Finalmente di con uno y pude realizar una de mis mejores fotos de invierno hasta la fecha.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Sabores de otoño y montaña

Hacía más de tres años que no visitaba el Valle de Arán. En aquella ocasión lo hice en compañía de un gran amigo y fotógrafo, Saúl Santos.

Mi idea para esta ocasión era combinar los ambientes de los bosques otoñales con el de la alta montaña en un sólo fin de semana. Hay quien podría pensar que siempre es más conveniente centrarse en una zona concreta, sobre todo si hablamos de un fin de semana, pero por una parte los colores del otoño es algo que ningún fotógrafo de naturaleza puede permitirse pasar por alto y por otra, dormir bajo las estrellas en la soledad de la montaña desde hace un tiempo a esta parte se me hace irresistible. Así que ¿cómo iba a desaprovechar tal oportunidad?.

Las condiciones meteorológicas iban a condicionar qué visitar primero. Un frente salía de la península ese mismo fin de semana, así que se preveían lluvias para el viernes-sábado y tiempo tranquilo para el sábado-domingo. Esto dejaba claro que lo mejor era visitar en primer lugar los valles cubiertos de hayas y terminar con la jornada de montaña.

El plan para el primer día no terminaba de tenerlo rematado en  mi cabeza, quería huir de los lugares más emblemáticos y en concreto de aquellos que ya visité la vez anterior, Artiga de Lin, Valle de Varrados,... Era esta una ocasión perfecta para intentar conocer nuevos  enclaves.

Tras una rápida incursión el viernes por la tarde, casi de noche, por el bosque de Conangles para una primera toma de contacto determiné que el sábado por la mañana comenzaría precisamente por este lugar, de camino al barranco de Salenques.

Sólo dispondría de la mañana pues a mediodía tendría que dirigirme camino del Circo de Colomers. Zona elegida por haberla recorrido hacía algo más de año y medio, aunque en aquella ocasión la nieve cubría todo el paisaje.

Nada más comenzar mi incursión por el bosque de Conangles y mirar alrededor, me di cuenta de que el otoño estaba en su máximo apogeo, el colorido del bosque era increíble y a cada paso me paraba para estudiar posibles composiciones. La fotografía de zonas boscosas siempre me resulta muy complicada desde el punto de vista de la composición. Extraer una mínima sensación de orden de todo el caos que te rodea es a la vez un desafío y un estimulo.

Avanzaba a lentamente, disfrutando de las mil y una sensaciones que me reportaba el bosque, aunque las fotos realizadas eran más bien pocas. No deja de resultarme curioso que no es hasta que uno se detiene y comienza a inspeccionar 360 grados a su alrededor que las ideas y composiciones comienzan a aparecer. Fue así como en la distancia, bajo la suave luz tamizada por el manto de nubes sobre mi cabeza, me llamó la atención cómo las líneas verticales de unos finos troncos se alternaban con el follaje multicolor distribuido en capas horizontales. Después de hacer varias tomas variando encuadres seguí mi camino.


Eran ya las 11:00 y mi plan de recorrerme el barranco de Salenques se tornaba complicado. Decidí dejarlo para mejor ocasión y aprovechar las horas que aún tenía por delante para conocer otro valle del que había oído hablar, el valle de Toran.

Me dio rabia el poco tiempo que le pude dedicar a este valle. Hice alguna foto de rigor aprovechando los colores del otoño pero nada que merezca realmente la pena. Me sorpredió la sensación de paz que me transmitió. Es este un valle que habría que recorrer todo un día entero a pie para sacarle el máximo provecho. Queda pendiente para otra ocasión.

Eran ya más de la una del mediodía cuando inicié el regreso con parada en Vielha para comer algo y continuar  hasta el Valle de Aiguamoix. Dejando el coche aparcado al final de pista que recorre dicho valle preveía una hora de camino hasta el Lac Long, lugar elegido para pasar la noche.

Dicha pista está abierta a la circulación en cualquier época del año hasta el parking de los Baños de Tredós, si la nieve lo permite, y fuera de la época estival (01-jul al 30-oct) hasta el parking al final de la pista. Durante el verano este último tramo sólo se puede hacer a pie (3h) o tomando alguno de la taxis autorizados.

La época del año elegida resultaba ideal, por una parte la pista estaba transitable y abierta para llegar hasta el final con el coche y por otra las primeras nieves ya habían hecho acto de presencia en las cumbres. En unas semanas las nieves harían intransitable esta pista hasta el próximo mes de junio. Había que aprovechar la ocasión.

El camino hasta el Lac Long es muy sencillo y no supone grandes desniveles (unos 100m). ¿Por qué este lugar? porque si la meteorología acompaña se tienen buenas opciones tanto de amanecer como de atardecer con vistas a cumbres cercanas a las 3.000 m. Desde el propio Lac Long y hacia el este se alza el Pic de Ratera (2.862 m). Mi propósito era fotografiarlo con las últimas luces del día incidiendo sobre su cumbre nevada reflejándose en el lago.

Para el amanecer y a 5 minutos se encuentra el Lac des Cabidornats con vistas hacia el oeste donde se alzan las cumbres que delimitan el Circo de Colomers, con el Gran Tuc de Colomes (2.933 m) como protagonista.

Así pues todo estaba planificado, inicio de la ruta, tiempo estable y sin vientos (ideal para pasar una buena noche y para jugar con reflejos) y nieves en las cumbres. Sólo faltaba que la suerte colaborara un poquito.

Sobre las 16:30 me planté a orillas del Lac Long con el Pic de Ratera efectivamente nevado reflejándose en el espejo que era el lago. A pesar del denso manto de nubes, que no hacía presagiar el atardecer que tenía en mi cabeza, me quedé extasiado por la escena que se abría ante mi vista. No había mejor sitio en el mundo donde estar en esos momentos. Comencé a buscar composiciones con el fin de estar preparado por si la magia hacía acto de presencia. Pasaron las horas y apenas nada cambiaba conforme alzaba la mirada al cielo. Los reflejos eran lo más aprovechable fotográficamente.


Determiné que tenía tiempo para inspeccionar el Lac des Cabidornats. La llegada al lago fue sencilla pero en la primera toma de contacto me desilusionaron las posibilidades de encuadre. Mi meta era llegar a la orilla este del lago para tener frente a mi todo el cordal montañoso y que por otra parte resultaba más llana y no tan en pendiente. Tras dedicar más de media hora a recorrer diversos senderos me dí cuenta de que llegar a dicho extremo del lago iba a resultar más complicado de lo que yo creía y en caso de llegar perdería la oportunidad de estar cerca del Lac Long. Así que abandoné la posibilidad de llegar a dicha orilla y me conformaría con la zona que tenía más a mano.

El cielo seguía sin cambiar y las nubes seguían tapando el cielo sin ningún atisbo de abrirse mirara donde mirara.

Tras montar a tienda con vistas al Lac Long me dispuse a gastar los últimos cartuchos, planté el trípode en el lugar que ya tenía fijado comencé a realizar composiciones verticales y horizontales y fotos de detalle con el 70-200.

Angulares extremos no se prestan muy bien en este lugar porque el Pic de ratera, protagonista indiscutible de cada toma, queda muy empequeñecido. Focales entorno a los 40mm es lo ideal. Durante unos minutos pude comprobar que las nubes adquirían unas tonalidades cálidas de forma casi imperceptible. El degradado neutro y el procesado que hacía la cámara de las fotos realizadas los potenciaban hasta hacerlos más que evidentes. En este tipo de fotos no es la primera vez que el uso de filtros degradados marca la diferencia y es el motivo por el que aún me resisto a eliminarlos de mi equipo, pese a que la opinión cada vez más generalizada sea que es lo mismo que hacer blending de varias exposiciones. Mi opinión es que no es exactamente lo mismo.


Las sutiles tonalidades desaparecieron al cabo de unos minutos y ya no había mucho más que hacer pese a mi resistencia a abandonar la zona. Aún quedaba algo de luz y me encaminé de nuevo al Lac de Cabidornats con el fin de buscar encuadres para la mañana siguiente. No hay nada más desesperante y frustrante para un fotógrafo de paisaje que llegar a un sitio con una luces únicas y tener que dedicarse a buscar una composición satisfactoria mientras el espectáculo de luz y color va cambiando ante sus narices. Si se tiene ya una idea clara de lo que se puede hacer se enfrenta uno mucho más tranquilo permitiéndose la realización de varias composiciones e ideas sin la presión de perder el momento.

Llegué al lago y recorrí el estrecho sendero que bordea su orilla hasta dar con una zona donde los reflejos de las cumbres nevadas quedaban suficientemente separadas de la orilla.

Apenas había luz para componer y mucho menos para enfocar. Sentado en la orilla, con el trípode extendido sobre mis piernas  y como sonido de fondo el rumor de los saltos de agua de la zona, la noche me iba envolviendo y yo me sentía feliz y afortunado de poder atrapar con cada poro de mi piel la magia el momento. El viento reinaba por su ausencia y las aguas del lago se abrían ante mi como un espejo reflejando las cumbres nevadas.

Con ayuda del Liveview de la cámara para enfocar y afinar el encuadre hice unas primeras tomas que me descubrieron tonalidades que mis ojos eran incapaces de percibir. La vegetación mostraba unos colores cálidas que destacaban de forma especial sobre los azules del resto de la escena. Dediqué varios minutos de verdaderos éxtasis fotográfico a perfeccionar esas primeras tomas iniciales.



Prácticamente de noche inicié el regreso a la tienda con la idea clara de que el amanecer lo haría desde este mismo sitio si amanecía despejado.

Tras una tranquila cena arropado por el silencio de la noche dediqué parte de las horas siguientes, antes de meterme en la tienda, a experimentar y jugar cámara y frontal en mano. Fueron horas que transcurrieron como minutos, probando todo aquello que pasaba por mi imaginación, sin ninguna pretensión, sin ninguna presión, sólo por el mero hecho de disfrutar y pasar el rato.

Tras fijar la alarma del móvil una hora antes del amanecer me entregué al sueño tranquilo y confiado de que todo estaba bajo control. A pesar de despertarme en un par de ocasiones durante la noche no miré el reloj en ningún momento. No me hacía falta, el móvil sonaría a la hora convenida. Cuando abrí los ojos y me dí cuenta que la luz que había dentro de la tienda no era normal salté de la tienda con la adrenalina a tope. Faltaban pocos minutos para la salida del sol! Y el móvil muerto!. El frío en el interior de la tienda había consumido la batería con más rapidez de lo normal. De esta lección aprendo, me dije para mis adentros. Con el corazón en un puño y agarrando trípode y riñonera con la cámara y objetivos salí corriendo hacia el Lac de Cabidornats. Mi mente le decía a mis piernas que siguieran corriendo pero estas se negaban a ir más rápido. El sol aún no incidía en las cumbres pero sabía que era cuestión de pocos minutos. Entre saltos y trompicones maldije mi mala suerte. Estaba convencido de que había perdido la ocasión de inmortalizar el Pic de Ratera con unas luces que si bien no habían sido espectaculares si lo suficientemente fotogénicas, a tenor de las nubes que había sobre él, como para obtener algo especial.

A tiempo llegué al lugar que ya conocía de la tarde anterior. Mientras extendía las patas del trípode los picos comenzaban a encenderse. No había tiempo para pensar mucho y me afané por buscar la misma composición que ya conocía. Todo listo, pero al mirar por el visor me doy cuenta de que el filtro está empañado. Los minutos pasan, limpio el filtro y al coger el degradado con la mano este también se empaña. Vaya! probaremos un degradado neutro digital... Tras unos minutos y con el filtro ya desempañado hago algo algunas tomas con el degradado neutro. Las fotos no me disgustan pero retrospectivamente me quedo con la de la tarde anterior, más dramática, más equilibrada y menos esperada.



La calidez de la luz duró poco y abandoné el lugar para dirigirme de nuevo al Lac Long con la esperanza de gastar los últimos cartuchos antes de desayunar, desmontar la tienda y emprender el regreso.

Las nubes sobre el Pic de Ratera tenían su gracia pero la luz era ya muy fuerte y el contraluz complicaba mucho la exposición. El perfil montañoso hacía que el uso del filtro degradado neutro no fuera lo más adecuado en esta ocasión, así que elegido un primer plano realice cinco exposiciones que luego combinaría en casa.



Con esta foto daba por terminada la escapada. Me quedé con un sabor de boca agridulce por lo pocó que me ofreció la tarde anterior y las grandes expectativas que tenía, pero por otra parte no existe mejor reclamo para volver a un sitio que no ver materializada la foto que uno tiene en la cabeza

lunes, 7 de noviembre de 2011

Presentación del libro Natura y curso gratuito de fotografía de paisaje


Durante este mes de noviembre tendré el honor de participar en dos actos relacionados con la fotografía de Naturaleza.
 

El primero de ellos el próximo 26 de noviembre en el CENEAM (Valsaín, Segovia) con motivo de la presentación del libro "Natura: Regards Créatifs sur la Nature" dentro programa de actividades de la VII Asamblea de FONAMAD. Si os acercais de 13:30 a 14:00 podréis ver un audiovisual sobre el libro y por su puesto adquirirlo allí mismo con mi firma. Toda la información de lo que acontencerá durante ese fin de semana la podéis encontrar AQUÍ.
 


El segundo acto tendrá lugar el 30 de noviembre de 18:30 a 20:30 en la facultad de Ciencias Biológicas de Madrid, Universidad Complutense, donde impartiré un curso de Introducción a la Fotografia de Paisaje, totalmente gratuito. Espero veros por allí y compartir dudas e inquietudes que podáis tener.

lunes, 3 de octubre de 2011

Nuevo libro: "Natura: Ideas creativas sobre la naturaleza"

Hace más de una año publiqué mi primera noticia relativa al colectivo Portfolio Natural. En aquella ocasión se trataba de mi inclusión dentro del grupo. Fué un momento de gran alegría y motivación. En esta ocasión la alegría de la nueva noticia no es menor.

Quiero comunicaros la publicación de nuesto primer libro, y esperemos que no sea el último, que mañana 4 de octubre verá la luz de la mano de la editorial francesa Editions Altus.

"Natura: Regards Créatifs sur la Nature" ("Natura: Ideas creativas sobre la naturaleza") reune fotografias de 25 de los mejores fotógrafos de naturaleza a nivel internacional y por supuesto nacional. No voy a destacar en este blog a ninguno, porque para mi todos están a la misma altura, si tenéis curiosidad no tenéis más que pinchar en el siguente enlace.

Las más de 175 fotografias que componen este libro de gran formato (29 x 29cm y 252 pág) están organizados en 13 capítulos: Luces, Pinturas, El agua, Salvaje, Creaciones, Texturas, Movimientos, Nieve y hielo, Geometrías, Vegetal, Abstracciones, Horizontes y Fenómenos, y que, en honor a la máxima de Portfolio Natural, acercan al espectador a la fotografia de naturaleza desde su punto de vista más artístico.

El libro sólo está en francés pero esto no debe ser motivo para no hacerte con él puesto que los textos son minimos.

Estoy convencido que este libro no dejará indiferente a nadie y será obra de referencia para todo aquellos amantes de la fotografía de naturaleza que necesiten, en un momento u otro, buscar la inspiración o simplemente contemplar el trabajo resultado de muchos años de dedicación y esfuerzo de un grupo selecto de grandes fotógrafos.

Para la adquisición de algún ejemplar de esta magnífica obra, no dudéis encontactar con PORTFOLIO NATURAL, la editorial ALTUS, o directamente conmigo.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

10 consejos básicos para mejorar tus fotografías de paisaje


A raíz de los talleres que he tenido oportunidad de impartir en el último año he confeccionado una lista con las diez recomendaciones básicas que más he compartido entre los asistentes.

Todas ellas son lecciones fruto del auto-aprendizaje en muchos casos o de la puesta en práctica de sugerencias tomadas de otros fotógrafos.

Tanto si te consideras un fotógrafo avanzado como si acabas de aterrizar en el mundo de la fotografía de paisaje espero que te resulten de utilidad.

1- SIGUE UNA RUTINA Y UN MÉTODO
Intenta marcarte una rutina y repetir siempre los mismos pasos hasta que sean actos inconscientes. Una vez lo consigas tu mente será libre para pensar en la parte artística de la fotografía y no tanto en la parte técnica.

En mi caso funciona elegir primero el encuadre de la escena. Acto seguido fijar los parámetros de exposición y por último seleccionar el punto de enfoque.

2- CONFIGURA ADECUADAMENTE TU CÁMARA: SEPARA EL BLOQUEO DE EXPOSICIÓN DEL BLOQUEO DE ENFOQUE
En relación con el punto anterior resulta muy útil tener configurada la cámara para que el botón de disparo no sea el que bloquee el enfoque. De esta forma se tiene más flexibilidad a la hora de componer. Por ejemplo, se puede tener prefijado el punto central como punto de enfoque, bloquear el enfoque sobre el motivo de interés antes de acoplar la cámara al trípode y una vez colocada hacer la foto sin peligro de reenfoques accidentales.
Nota: en la Canon 5D Mark II esto se consigue a través de la función personalizada C.Fn IV-1-3.

3- BUSCA LA COMPOSICIÓN SIN TRÍPODE
Deja el trípode a un lado hasta haber encontrado una composición que funcione. El trípode limita la búsqueda de encuadres y no otorga el mismo grado de libertad a la hora de buscar puntos de vista distintos de los que están a la altura de nuestros ojos cuando estamos erguidos.

Una vez hayas dado con el encuadre "ganador" y sólo entonces, coge tu trípode y trata de colocarlo de forma que la posición final de la cámara no se desvíe mucho de la elegida sin el trípode. No es tan fácil como parece porque tan sólo unos centímetros pueden dar al traste una foto.

4- UTILIZA UN CABLE DISPARDOR
Es sorprendente el número de asistentes a los talleres que viene sin este artilugio. Si quieres fotos no trepidadas y tener la libertar de hacerlas cuando tú quieres y no cuando decide la cámara resulta indispensable.

5- UTILIZA UN NIVEL DE BURBUJA
Este es otro elemento que se ha convertido en imprescindible dentro de mi equipo fotográfico. Es baráto, no pesa y no ocupa espacio pero me permite asegurar horizontes no inclinados en el 100% de mis tomas. Si no tienes uno ¿a qué esperas?

6- SACA PARTIDO A TU LIVEVIEW
Ya he comentado en varias ocasiones en este blog el uso que se le puede dar al Liveview. Si tu cámara lo tiene trata de empezar a utilizarlo y familiarízate con él cuanto antes.

Me sigue sorprendiendo el número de asistentes que disponiendo de esta caracteristica en sus cámaras ni siquiera lo tienen activado y no digamos ya correctamente configurado.

Entre los usos más habituales que le suelo dar destaco los siguientes:
  • Asegurar el enfoque en situaciones complicadas donde el autofoco no es efectivo.
  • Previsualizaciones de profundidad de campo sin la perdida de luminosidad propia de los diafragmas cerrados.
  • Ajuste de la exposición correcta visualizando el histograma en tiempo real.
  • Visualización del efecto del filtro degradado neutro y ajuste de su posición del antes de hacer la toma.
Su único inconveniente es el consumo extra de batería.

7- SUJETA LOS FILTROS DEGRADADOS NEUTROS CON LA MANO
Desde hace unos años recomiendo trabajar con este tipo de filtros sin utilizar portafiltros. Entre las ventajas que proporcionan sujetar con la mano estos filtros figuran:
  • Rapidez en la colocación del filtro. No se pierde tiempo enroscando arandelas adaptadoras.
  • Menos probabilidad de viñeteo, ya que el filtro queda pegado directamente a la parte frontal del objetivo o de los filtros que tengas enroscados (polarizadores, densidad neutra,...)
  • Mayor flexibilidad a la hora de decidir cómo se quiere la zona de transición, si muy difusa o muy abrupta. Esto se consigue moviendo el filtro durante el tiempo de exposición. Los movimientos amplios suavizan el efecto mientras que movientos cortos lo acentúan. Aunque pueda parecer lo contrario, este movimiento imprimido al filtro mientras está tocando la parte frontal del objetivo no supone ninguna trepidación en la imagen final (al final de este post puedes encontrar un vídeo donde muestro como suelo mover este tipo de filtros para "pintar" con ellos la escena)
Sólo en el caso de exposiciones sin trípode o de muchos minutos de exposición resulta más adecuado la utilización de portafiltros.

8- HAZ LA FOTO SÓLO SI LA COLGARÍAS EN CASA
Este es uno de aquellos consejos que una vez leí de un gran fotógrafo norteamericano y que ha fijado mi forma de enfrentarme a la fotografía.

Cuando apretemos el disparador que sea cuando realmente estemos convencidos de que lo que estamos contemplando a través de la cámara es algo único que nos fascina y va a ser ejecutado de la mejor forma posible. No tengamos prisa por apretar el disparador y pregúntate si lo que ves por el visor o por el LCD (si utilizas el Liveview) se puede mejorar de alguna forma.

No hagamos la foto pensando que a lo mejor al llegar a casa y verla en la pantalla del ordenador la vamos a ver de otra forma y que podremos corregir errores solucionables en el momento de la hacer la foto. La pregunta que nos debemos hacer es sencilla. ¿Colgaríamos en la pared de nuestra casa la foto que observamos por el visor? Si la respuesta es no, mejor dedicar el tiempo a buscar otras oportunidades.

Cuántas veces después de haber dedicado mucho tiempo y esfuerzo a preparar un encuadre decido recoger todo el equipo sin haber hecho siquiera una toma porque realmente no me satisface lo que observo por el visor. Seamos exigentes con nuestro trabajo desde el primer momento.

9- FOTOGRAFÍA EL MISMO ENCUADRE HASTA HABER AGOTADO TODAS SUS POSIBILIDADES
Una vez creamos haber encontrado el encuadre y momentos perfectos no hagamos una única toma y salgamos corriendo en busca de la siguiente foto. La luz y los elementos del encuadre, aunque de forma imperceptible, cambian: un rayo de luz que casualmente ilumina un elemento clave en nuestra escena durante unos segundos, unos reflejos que tan pronto aparecen como desaparecen al son de la brisa de la mañana,... Aprendamos a ser pacientes y no meros recolectores de instantáneas. No es raro en mí acabar con decenas de fotos aparentemente idénticas, sin haber variado el cuadre. Os aseguro que siempre hay una foto que destaca sobre el resto.

10-EL FORMATO VERTICAL TAMBIÉN EXISTE
Aunque parezca obvio no es raro observar durante las sesiones fotográficas como el formato horizontal predomina claramente sobre el vertical. Uno de los motivos suele ser no aplicar la regla comentada en el punto 3. Hay fotos que claramente se prestan mejor a un encuadre vertical y otras que encajan más en el horizontal. Sea como fuere es un buen ejercicio tratar de ejecutar ambos tipos de encuadres sobre una misma escena si ésta lo merece.

Hasta aquí mis diez consejos básicos. Ahora sólo falta que los pongas en práctica. Con el tiempo todos ellos te saldrán de forma inconsciente.

¿Tienes tú algún consejo que quieras compartir? Si es así, deja tú comentario. Si no, tus impresiones sobre lo que has leído son igualmente valiosas.

Si este post te ha parecido interesante te agradecería que lo compartieras con tu grupo de amigos en Facebook, Twitter, etc, simplemente pinchando sobre los iconos correspondientes justo debajo de este artículo.

Gracias por tu apoyo!

lunes, 25 de julio de 2011

Esta vez no pudo ser

Este fin de semana los astros volvieron a entrar en conjunción astral y pude aprovechar las circunstancias familiares para hacer una nueva escapada al Pirineo, dos en un mes!, no creo que vuelvan repetirse tales circunstancias en mucho tiempo.

El sitio elegido para esta ocasión era las inmediaciones de las Agujas de Travessani (2.793m) en el P.N. de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, muy cerquita del refugio Joan Ventosa i Calvell.
Desde que vi las foto de Carles Zamorano la fotogenia de estos colosos de roca me impactaron y decidí conocerlos de primera mano.

Para fotografiarlos en toda su magnificiencia, resaltando su escala y enormidad nada mejor que desde los cercanos lagos, como el Estany de Travessani o el conjunto de pequeñas lagunas en las inmediaciones del Estany Xic. Si se quiere una vista más amplia incluyendo otros picos característicos de la zona lo mejor es acercarse al Estany de Tumeneia de Baix, a una hora de camino desde el de Travessani. Desde su extremo oeste las composiciones son multiples y variadas con sus orillas cubiertas arena y rocas y al fondo el macizo del Contraix (2.895m) y las Agujas de Travessani a la izquierda, aunque hay que decirlo, desde aquí pierden algo de su majestuosidad.

Las ideas estaban más o menos claras y el parte meteorológico era cara o cruz, con nubes entrando desde la vertiente francesa que podían dar lugar a condiciones de luz muy favorables.

Tras dos horas y media de caminata con toda la parafernalia a la espalda (calculo unos 18Kg) y algo más de 500m de desnivel me planté casi a las siete de la tarde del sábado justo a los pies del Estany de Travessani, con las agujas envueltas en nubes y asomando tímidamente cada cierto tiempo sus formas siniestras. Al oeste el macizo de los Besiberris (3.024m) era igualmente presa de las nubes. No comenzaba bien la escapada, pero hay que tener fe, el tiempo en montaña ya se sabe que es imprevisible, me decía para mis adentros. Según avanzaban las horas el panorama a mi espalda no cambiaba y las agujas parecían que habían hecho buenas migas con las nubes. Frente a mí los Besiberris se dejaban ver aún envueltos tímidamente en nubes, que adquirían cada vez unos colores más interesantes. Llegó en este momento el dilema, ¿me bajo a la laguna justo enfrente para capturar las luces sobre los Besiberri sin opciones de hacer nada sobre las agujas o me arriesgo con las agujas y pierdo toda opción con los Besiberris? Las agujas, cuando asomaban, dejaban entrever una ligera tonalidad rosacea que contrastaba con los tonos azulados de la niebla que las envolvían otorgando una atmósfera amenazante y única. No me lo pensé, decidí apostar sobre seguro y casi a la carrera bajé hasta la laguna a mis pies. No había muchas opciones y tras encontrar un primer plano algo fotogénico pude capturar las únicas luces en todo el fin de semana. La foto resultante no deja de ser una foto clásica, de las que estamos de unos años a esta parte saturados de ver, pero siempre es una satisfacción ser testigo de este tipo de espectáculos y, si además, te lo puedes llevar a casa inmortalizado, mejor que mejor.

Canon EOS 5D Mark II, EF17-40mm f/4L USM,
degradado neutro -2 hard, polarizador, trípode
4s @ f/20 ISO 100

De regreso al lugar elegido para pasar la noche el estado de las agujas no había variado, ocultas y sólo visibles muy de vez en cuando, como para decirme que ahí estaban, para a los pocos segundos volver a desaparecer.

La noche fue cayendo y mientras preparaba algo que llevarme a la boca seguía volviendo la vista sobre mi hombro con la vana esperanza de verlas despejadas. Desde mi posición vi dos rocas a escasos metros que me llamaron la atención y como telón de fondo las agujas, envueltas en un aura de misterio, que asomaban muy tímidamente de entre la espesa capa de nubes que se interponía entre ellas y yo. Cogí la cámara, planté el trípode, y haciendo uso del Liveview de la cámara enfoque manualmente lo mejor que pude, pues apenas había luz. La foto resultante, me gusta porque transmite esa atmósfera de misterio que tanto sentí estando allí.

Canon EOS 5D Mark II,
EF24-105mm f/4L USM,
trípode
20s @ f/16 ISO 400


No quise tampoco perder la ocasión de inmortalizar el mirador que tenía a mis pies.

Canon EOS 5D Mark II, EF17-40mm f/4L USM,
polarizador, trípode, 20s @ f/19 ISO 800

Después de haber pasado una noche sin dormir a penas, pues el viento sobre la tienda estuvo de concierto toda la noche, abrí la cremallera con la vana esperanza de contemplar un cielo despejado con fotogénicas nubes sobre los picos listas para teñirse de los más bellos colores que jamás había contemplado. Nada más lejos de la realidad. Todo seguía igual, bueno, peor. Me acosté con cielo estrellado, pero ahora una densa capa de nubes bajas tapaba todos picos circundantes. Cerré la cremallera y me volví a entregar al sueño.

El plan para la mañana del domingo era visitar los Estanys de Tumenaia. Sabía que iba a hacer pocas fotos pero nada mejor que conocer un lugar para volver en futuras ocasiones. De los dos estanys que lo forman, el inferior me resultó con un potencial increíble. Los motivos ya los he comentado al principio. El de arriba, se encuentra mucho más encajado en la roca, a parte de la "maja" subida que hay que hacer hasta llegar a él.

A mediodía el sol aparecía de vez en cuando y las agujas seguían tapadas por las nubes. A las tres de la tarde el manto de nubes era el protagonista indiscutible de la jornada y el parte meteorológico para el domingo que tenía del sábado era igual o peor que el del sábado. Tras unas horas debatiéndome entre qué hacer tomé la firme decisión de abandonar el lugar y volverme a casa.

De camino, me encontré con otro fotógrafo, era el amigo Gorka López, al que no tenía el gusto de conocer. Somos inconfundibles, pues más que la cámara, nos delata el trípode sujeto a la mochila. Esa es la diferencia entre el fotógrafo ocasional de compacta y aquel que se toma la fotografía en serio. Porque para cargar con más de dos kilos adicionales a las espalda hay que tomarse este asunto en serio. Tras varios y entretenidos minutos de conversación sobre cómo nos había ido la jornada le comenté que yo ya me bajaba. Me comentó también que Enrique Mariscal y Antonio M. Rúa habían estado con él y que ya se habían bajado. Él, en cambio, lo intentaría una tarde y una mañana más. Nos despedimos deseándole suerte pues la iba a necesitar. A mitad de camino comenzó a llover y al volver la vista atrás hacia las cumbres vi que la cosas no pitaban nada bien allá arriba. Desconozco cómo le fue a Gorka (Gorka si lees esto cuéntanos) pero al llegar al coche y consultar el parte meteorológico del refugio el pronóstico era para esa tarde y la mañana siguiente de riesgo bajo de tempestades.

En esta ocasión las agujas se me resistieron pero habrá una próxima vez porque el lugar lo merece. ¿Quién dijo que la fotografía de paisaje era llegar y besar el santo?. Por eso mismo ya decía Ansel Adams que "la fotografía de paisaje supone la mayor prueba para el fotógrafo, pero es a menudo la mayor decepción".

sábado, 23 de julio de 2011

Taller de fotografía otoñal en el Valle de Arán


Ya se encuentra disponible el programa del próximo taller que impartiré el próximo otoño. Tendrá lugar en el Valle de Arán y espero que os animéis a pasar un entretenido fin de semana entre amantes de la fotografía y la naturaleza, donde pondré todo mi empeño por transmitiros de la forma más sencilla y amena posible mis conocimientos sobre fotografía de paisaje.

Para cualquier consulta os podéis poner en contacto conmigo a través del correo electrónico o teléfono que se indica en el PDF del programa.

martes, 5 de julio de 2011

Vía Láctea sobre el Midi

Hacía ya unos años que tenía pensada una escapada a la zona de los lagos de Ayous con vistas al mítico Midi d'Ossau en el Pirinéo Francés. La idea de la foto que véis se gestó bastante tiempo antes de tomarla con ayuda del programa Stellarium al comprobar la posición de la vía láctea entorno a la media noche.

Necesitaba que se cumplieran varios factores para poder hacerla realidad: un cielo totalmente despejado, ausencia de viento, ausencia de luna (el menos dentro del encuadre) y un objetivo suficientemente luminoso, p.e f/2.8. Los primeros condicionantes me los ofreció la naturaleza, el último tuve que buscarlo yo, haciendome con un 16-35 f/2.8 II prestado sólo para esta ocasión.


El trabajo en campo para conseguir esta foto consistió en localizar el encuadre cuando aún había luz (una hora más tarde de la puesta de sol) y tomar una primera foto (30s @ f/16 ISO 800) enfocando las rocas el primer plano. Minutos más tarde tomé otra (30s @ f/2.8 ISO 100) con el mismo encuadre pero variando los valores de exposición y enfocando al Midi. Una hora más tarde hice la tercera foto (30s @ f/2.8 ISO 3200) ajustando los parámetros de la cámara para capturar el cielo nocturno y la tan deseada Vía Láctea en todo su explendor.

Ya en casa, en tiempo de post-proceso quedaba combinar las tres fotos para aportar detalle en el Midi y en el primer plano de agua y rocas y así hacer realidad la visión que tuve de esta escena meses antes.

jueves, 5 de mayo de 2011

Fin de taller en Costa Quebrada

Tras pasar un intenso fin de semana en compañía de los alumnos del taller organizado en Cantabria en la ya popular zona conocida como Costa Quebrada y aprovechando que el lunes era fiesta en Madrid decidí quedarme un día más para ver si podía sacar provecho en solitario al lugar que hace un par de años me enamoró.

Los días que dedico al taller a penas cojo la cámara más allá de para hacer alguna demostración práctica a los asistentes. Entre las horas de campo con sus madrugones y las charlas teóricas, sobre composición o sobre herramientas varias que utilizo para preparar mis salidas realmente quedé agotado, pero satisfecho al ver que el taller había cubierto las expectativas de los asistentes a pesar de que el tiempo jugó más en nuestra contra que a favor. El domingo a mediodía, después de una reposada comida me despedí de Daniel y su familia, compañero al que le debo la oportunidad de poder estar impartiendo estos talleres. El pronóstico del tiempo para esa tarde, con cielos muy cubiertos y lluvias ocasionales, no era mucho mejor que el de días anteriores. Eso hizo que los indecisos terminaran por abandonar el lugar. Así que esa tarde de domingo me encontraba sólo en el hotel.


No sé donde leí o escuché que las preocupaciones no son buenas aliadas del fotógrafo creativo, y esa tarde no andaba escaso de ellas. Al regresar de la playa de Arnía en la sesión de mañana había pinchado y siendo fiesta el lunes en Cantabria no tenía muy claro las posibilidades de llegar a casa a una hora prudencial al tener que buscar taller y cambiar la rueda (precisamente de unas medidas poco usuales) durante la mañana del lunes.


Me dije a mi mismo que por mucho que le diera vueltas a la cabeza no iba a solucionar nada en esos momentos. En mi interior necesitaba evadirme de todo y entrar en comunión con el paisaje, un paisaje, el de Costa Quebrada que te sobrecoge y te llena de admiración.


Sobre las cinco de la tarde ya recorría la zona con vistas a los monolitos de piedra abatidos por el implacable mar. El cielo cubierto y el sol a duras penas tratando de abrirse paso. Comentamos entre los asistentes al taller como de unos años a esta parte esta estrecha zona del litoral cantábrico se ha popularizado tanto entre los fotógrafos que ha sido literalmente ametrallada por la cámaras de fotos. Es difícil, prácticamente imposible volverse a casa con una toma, un encuadre o un momento, que ya no haya sido inmortalizado por otro fotógrafo. Cuando daba con un encuadre que me recordaba a alguno ya visto las ganas de apretar el disparador se desvanecían. Me resistía a pensar que no hubiera posibilidades de hacer algo que no hubiera visto.


Entre paseos y paradas dí con una distribución de elementos que me pareció agradable a la par que original. El cielo en esos instantes presentaba unas formas y texturas que no había visto en todo el fin de semana. El color verde rabioso de la hierba era todo un espectáculo a lo largo y ancho de toda la zona. Sabía, desde que el vienes por la tarde me había acercado a inspeccionar la zona, que las flores, no abundantes, pero sí suficientes, tenían que convertirse en protagonistas de mis fotos, si alguna caía, claro. Así pues una vez el centro floral unido a la roca atrapó mis sentidos y comprobado que lograba distribuir los elementos de la escena tal y como quería (había que ajustar el milímetro para no meter elementos indeseados en el encuadre) todo fue cuestión de pasar largos minutos repitiendo el mismo encuadre con diferentes variaciones: exposiciones cortas, de muchos segundos, diferentes filtros, diferentes estelas de espuma, distintos juegos de nubes. Ni una foto era igual que la anterior. Soy de la opinión que una vez que encuentras algo que vale la pena hay que exprimirlo al máximo y que el ansia de hacer nuevas fotos de otros motivos aún por descubrir no nos arrastre del lugar donde tenemos asentado el trípode.


Canon EOS 5D Mark II, EF17-40mm f/4L USM,
degradado neutro inverso -3, polarizador, trípode
0.25s @ f/19 ISO 100

Contento con lo que veía en el LCD y una vez el cielo se cerró para no dejar ver más el sol, seguí andando despacio, muy despacio, tratando de captar cualquier chispa de belleza y originalidad que pudiera pasar desapercibida. La tarde iba llegando a su fin y nada parecía vislumbrar el más mínimo atisbo de color en dirección al sol, totalmente oculto por una densa masa nubosa. Decidí pues encaminarme hacia la zona de acantilados justo al borde de la plataforma de abrasión de Arnía, parándome cada pocos metros. La tarde del viernes había visto unas flores cuya disposición se me hacía muy agradable y a poco que las incluyera de manera fotogénica en el encuadre podría acabar con una foto maja y original.


En el límite mismo de una caída de varias decenas de metros trataba de colocar la cámara donde quería dando el protagonismo que se merecían a las delicadas flores. De nuevo los milímetros jugaban un papel decisivo. Por suerte el viento no quiso acompañarme aquella tarde y pude hacer fotos de treinta segundos totalmente despreocupado. El cielo, a excepción de una tenue mancha rosada, no daba mucho juego y había que conformarse con lo que había.


Canon EOS 5D Mark II, EF17-40mm f/4L USM,
degradado Neutro -2 Hard, polarizador, trípode

30s @ f/19 ISO 200

Quizás sea una tontería pero en la época del HDR y del Photoshop, me sigue llenando de satisfacción poder conseguir fotos jugando únicamente con los filtros. En el caso de los degradados neutros no se trata ya tanto saber colocarlos como de saber jugar con ellos, y tener claro qué movimiento darles para “pintar” con ellos la foto. En el siguiente vídeo podéis ver el movimiento que imprimí al degradado. Mi intención era dar más peso al cielo y algo a la zona de las olas. De haber dejado el filtro fijo en un soporte el efecto del filtro hubiera sido totalmente perceptible.





Quiero una vez más recalcar un par de temas porque parecen cada día estar más extendidos. Existe cada vez más la idea de utilizar Photoshop para “arreglar” lo que no hemos sabido/querido solucionar en el campo. ¿Por qué dedicar media hora a afinar un encuadre cuando con PS puedo clonar/recortar lo que no nos cuadra? Tengo dos respuestas. La primera es porque me divierten esos momentos de concentración con la escena que veo, donde las prisas desaparecen. No tengo nada mejor que hacer que afinar al máximo todos los detalles de la foto. La segunda respuesta tiene que ver con perseguir la excelencia. Volvamos a casa con la mejor foto que podamos hacer.


Photoshop no debería ser un software para arreglar desastres, sino para afinar y potenciar las sensaciones que ya de por si despide la foto que hemos tomado. Hay quien se vanagloria de no procesar a penas sus fotos, porque no es necesario, dicen y yo digo que uno procesa más sus fotos no en la medida de lo que necesita arreglar sino en la medida de la sensibilidad artística que uno lleva dentro.


En un próximo post contaré los pormenores del taller con algunos vídeos curiosos.


Hasta la próxima.

viernes, 8 de abril de 2011

En la trastienda de mi cabeza

Últimamente sé que tengo bastante abandonado mi blog, twitter y ya no digamos facebook por lo que para las personas con las que no mantego un contacto diario estoy "desaparecido".

Que no cunda el pánico porque no hay ninguna tragedia que lamentar. Ya comentaba en mi última entrada el poco tiempo de que disponía. Desde entonces hasta ahora ha ido menguando aún más si cabe .

Aprovecho unas horas "tranquilas" que tengo hoy para que mis dedos vuelen sobre el teclado y poder dejar escapar asuntos y ideas guardados en la trastienda de mi cabeza.


EDITORIAL ALPINA


Hace unas semanas la Editorial Alpina publicó una edición nueva del mapa de los Valles de Hecho y Ansó con una foto mía en su portada. Lamentablemente aún no he recibido el mapa por lo que sólo os puedo mostrar la imagen a tamaño mini del mismo que figura en la web de Alpina. La foto en cuestión sí os la puedo mostrar a tamaño más grande.

Algunos de los lectores de este blog la recordarán porque fue tomada en el pasado taller de fotografía otoñal mientras mostraba como utilizar el filtro degradado neutro a un grupo de asistentes.

Recuerdo que fue la mañana del primer día y nos levantamos con la ilusión de ver las primeras luces incidiendo sobre la montaña. El sitio lo tenía prefijado porque ya conocía su potencial de unos años atrás. El tiempo no quiso cooperar para hacer realidad aquella foto que todos teníamos en la cabeza y esas luces anaranjadas jamas se dejaron ver.

Canon EOS 5D Mark II, EF24-105mm f/4L IS USM,
degradado Neutro -2 Hard, polarizador, trípode
3s, f/16, ISO 100

Pero como buenos fotografos que eramos nos adaptamos a la condiciones que la Madre Naturaleza nos ofreció y jugando con las nubes bajas que iban y venían y el colorido otoñal que se mostraba en su apogéo fuimos capaces de conseguir tomas nuevas que no contabamos cuando aún de noche salíamos por la puerta del hotel.


SOBRE PODCASTS Y CREATIVIDAD


Hace ya medio año que cambié de emplazamiento en el trabajo, misma empresa pero distinta dirección. Las horas de ir y venir que hasta hace un tiempo podía aprovechar para escribir, leer o simplemente meditar en el autobus que todos los días cogía ha sido sutituido por el coche. ¿Cómo aprovechar esa hora diaria que todos los días paso en mi habitáculo sobre ruedas? me preguntaba. Las nuevas tecnologías nos permiten ahora escuchar lo que otros quieren contar sobre una infinidad de temas cuándo y dónde queramos. Me estoy en refiriendo en concreto a los podcasts.

¿Qué mejor lugar que el coche para escucharlos y absorberlos con atención? Sobre fotografía no conozco nada en español que me llame la atención. En inglés destaco por encima de todos los de Brooks Jensen, del que ya os he hablado en alguna ocasión. Para quien no los conozca estos podcasts, de duración 3-5 minutos, son una mezcla de narración, filosofía, y exploración de la vida creativa entorno a la fotografía.

Dice en su web:

"Más allá de las cámaras y el equipo, más allá de la película y la química, más allá de píxeles y la tecnología se encuentran los misterios de la vida creativa compartida por aquellos que se esfuerzan por comunicarse y expresarse con claridad - los fotógrafos de arte, fotógrafos comerciales, aficionados y profesionales."

Podéis encontrar más detalles en su página web y suscribiros a través del siguiente enlace de iTunes.

Fuera del mundo de la fotografía me dejo atrapar por el del programa "Redes" de Eduardo Punset (Aquí un enlace de iTunes por si queréis suscribiros). Aunque realmente son vídeos no resulta problematico escucharlos sin ver la imagen.

Recientemente se ha emitido y ya está disponible el capitulo 89 sobre "Los secretos de la Creatividad". En su web lo podeis ver y hasta leer.

Como fotógrafos estoy seguro que lo disfrutaréis tanto como yo porque todo lo que se comenta aplica al 100% a la fotografía.

Dos extractos servirán para abrir boca (en palabras Ken Robinson, experto en desarrollo de la creatividad):

"Para estar en tu elemento, tiene que encantarte lo que haces; la clave es la pasión. Si algo te encanta, si algo te apasiona y encima se te da bien, como decía Confucio, nunca vuelves a trabajar porque vives la vida que te corresponde vivir. Te conviertes en tu yo más auténtico. Para mí, éste es el quid de la cuestión. Sabes que estás en tu elemento cuando se te altera el sentido del tiempo."

"Una parte de ser creativo tiene que ver con lanzar hipótesis, probar cosas, hacer bocetos, explorar posibilidades… pero la segunda parte consiste en ser crítico, hacer juicios sobre los resultados y plantearse: «y bien, ¿funciona? ¿Es lo que buscaba?»."


ÚLTIMAS FOTOS


Más bien debería decir "última foto" porque si algo tiene la culpa de mi falta de asiduidad en el mundo digital son las pocas fotografías que hago de un tiempo a esta parte.

La útima la hice una tarde de un viernes hace unas pocas semanas aprovechando una ventana de buen tiempo justamente después de unas nevadas recientes (me atravería a asegurar que las últimas de este año).

Canon EOS 5D Mark II, EF24-105mm f/4L IS USM,
degradado Neutro Inverso -3, polarizador, trípode
0,7s, f/19, ISO100

La foto no tiene mucho misterio pero es una muestra típica del concepto de previsualización, o visualización, como algunos fotógrafos prefieren llamar, que ya comentaba Galen Rowell.

Al darse condiciones de cielos despejados mi idea era fotografiar la Cuerda Larga con esas luces cálidas típicas de las últimas horas del día. Eso lo tenía claro, el encuadre no tanto. Tenerlo hubiera sido afinar mucho y restringirme opciones.

Por el camino me encontré la escena de la foto. Presentaba una distribución de los árboles que me resultaba armónica, vamos agradable, pero las luces aún eran algo duras. Me imaginaba sin mucho problema cómo podría quedar poco antes de la puesta de sol. La sierra del fondo (la Cuerda Larga) con tonalidades anaranjadas y la nieve a la sombra reflejando las tonalidades azuladas del cielo. Jugar con colores complementarios siempre es un plus en fotografía.

Pasada una hora sin encontrar algo que superase en espectativas las escena anterior volví sobre mism pasos dispuesto a realizar la foto en las condiciones que había imaginado.

En cuando a la composición la clave estaba en no solapar los árboles en diferentes planos y no utilizar una focal muy corta que minimizase en exceso la sierra del fondo.

El procesado en esta ocasión ha sido clave para sacar texturas y volumen en la nieve, que en el RAW aparecía muy plana. Esencial para esto ha sido utilizar las máscaras de luminosidad de Tony Kuyper.

Aquí tenéis una muestra del RAW únicamente con el procesado de Lightroom para que comparéis lo que os comento de la nieve. La información de volumen estaba ahí, yo no me la he inventado, soló había que sacarla a relucir. El kid de todo ello no está tanto en la técnica a utilizar como en darse cuenta de que la foto necesita ese volumen y de que la información está allí.

Archivo RAW procesado con Lightroom

Como véis lo que he conseguido con PS no es posible sólo con Lightroom. Ambas son herramientas complementarias y no excluyentes. Donde acaba una empieza la otra.


NUEVA EDICIÓN DEL CURSO DE PHOTOSHOP PARA FOTOGRAFÍA DE PAISAJE

Aquellos que ya han asistido a mis talleres sabran de que estoy hablando cuando he mencionado las máscaras de luminosidad de Tony Kuyper, los que no estáis de suerte porque el próximo 4 y 5 de junio volveré a impartir el Curso de Photoshop para Fotografía de Paisaje donde a través de mucha prácticas y ejemplos saldréis dominando el mundo de las capas y máscaras (esto el 80% del procesado de fotografías) en PS.



Y hasta aquí todo lo que tenía que contaros. Espero que le saquéis provecho.

Estaré encantado de recibir dudas, preguntas, sugerencias y comentarios vuestros...;)



martes, 22 de febrero de 2011

Apariencia o realidad

Relata Fernando Puche en su último escrito en DSLR Magazine la opinión que algunas de sus imágenes suscita entre quienes las contemplan. Quienes seguimos el trabajo de Fernando sabemos que utiliza película y que ha estado utilizando de un tiempo a esta parte técnicas superponiendo imágenes junto con las ya más tradicionales largas exposiciones, entre otras. Pero a pesar de todo ello la opinión de quienes han contemplado sus últimos trabajos -comenta él- es la de que están retocadas con Photoshop.

Al leerlo me ha venido a la cabeza una conversación con integrantes del pasado curso de Photoshop que impartí este pasado fin de semana. Recuerdo que comenté que lo que hay que tratar de conseguir al retocar una foto no es tanto que la foto quede realista, es decir, fiel reflejo de lo que vimos, como que parezca realista, aunque se aleje de lo que observamos y que sólo nosotros conocemos. Y ojo aquí, no me estoy refiriendo al corta y pega de trozos de imágenes para recrear un momento inexistente. Me estoy refiriendo a que, por una parte, cuando procesamos una imagen es muy fácil excederse en las modificaciones que programas como Photoshop nos ponen al alcance del ratón y debemos tener la suficiente sensibiliad artística para darnos cuenta de que nos estamos pasando de la raya obteniendo una imagen de apariencia totalmente irreal. Por otro lado, como artistas no debemos obsesionarnos con obtener un resultado de apariencia idéntica a lo que contemplamos, porque para empezar ni si quiera nos acordamos.

Lo que comenta Fernando Puche al principio de este escrito no hace más que corroborar y extender mi impresión sobre la apariencia de las fotográfias: lo importante para el publico, en los tiempo que vivimos, no es tanto que algo sea real como que lo parezca. En muchas ocasiones "vende" más una foto realizada a mediodía en horas que el común de los mortales reconoce que una tomada en horas intempestivas bajo condiciones de luz inusuales.

viernes, 11 de febrero de 2011

A la vuelta del taller de fotografia invernal en Guadarrama

Este próximo fin de semana hará tres semanas ya que tuvo lugar el taller de fotografía invernal en la Sierra de Guadarrama. Las altas temperaturas y lluvias de semanas anteriores habían tirado al traste cualquier posibilidad de encontrar nieve exceptuando en las altas cumbres. A pesar de que el anticiclón se resistió a marcharse ese fin de semana la fortuna no nos abandonó del todo y la entrada de una bolsa de aire frio unos días antes desplomó las temperaturas 10ºC lo que trajo heladas importantes que fueron la delicia de las cámaras de los asistentes.

¿Qué mejor lugar que un riachuelo de montaña plagado de innumerables formas heladas donde dejar volar la imaginación para poner en práctica nuestras dotes de composición?

© Ismael Lozano
- Hoja y hielo, dos contrapuntos muy efectivos -

© Elena Cabrera
- Buscando repeticiones y formas geometricas en la naturaleza -

Después de pasar toda la mañana fotografiando el bello espectáculo helado y tomar un tente en pie con los agradables rayos de sol del mediodía nos dirigimos al puerto de Navacerrada con el objetivo de fotografiar la puesta de sol.

La falta de nieve me hizo plantear al grupo la posibilidad de subir hasta la Bola del Mundo. Allí con toda seguridad tendríamos nieve además de la oportunidad de fotografiar de cara y de espaldas al sol. La nieve, más allá de su capacidad para transformar un paisaje anodino en algo singular y único, puede cambiar de color reflejando las tonalidades frías del cielo y las mil y una combinaciones cálidas con las que va cambiando el sol como ningún otro elemento de la naturaleza.

Tras llegar al punto del recorrido propuesto en el programa del taller y ver que la nieve brillaba por su ausencia tomamos la decisión firme de subir en busca del preciado elemento.

Una vez arriba y a medida que el astro rey descendía la temperatura se desplomaba por debajo de los -15ºC. No todos aguantaron pero los que sí lo hicieron se llevaron el recuerdo imborrable y siempre gratificante de un atardecer de invierno en la montaña.

© Luis Molina
- Fotografiando perspectivas areas -


© Jose Manuel González
- De espaldas al sol y jugando con las diferentes tonalidades que refleja la nieve -



© Enrique F. Ferrá
- José Manuel inmortalizando Peñalara en los últimos minutos de la tarde -

miércoles, 9 de febrero de 2011

Testigos del Firmamento


Últimamente el tiempo que dedico a hacer fotos es mínimo. El trabajo, la familia y la preparación de talleres y cursos de fotografía me mantienen más ocupado de lo que desearía. Recientemente con motivo de impartir un taller sobre técnicas de procesado con Photoshop y Lightroom tuve ocasión de volver a visitar la zona de Cabo de Gata. Hacía cuatro años que no pisaba aquellas tierras y a pesar de lo poco que da de sí un fin de semana, más si se tiene en cuenta que la mayor parte del tiempo lo pasé encerrado entre cuatro paredes, me volví a Madrid imbuido de la serenidad, paz y ausencia de estrés que parece reinar entre sus gentes.

Sabía que iba a disponer de pocas oportunidades para sacar alguna foto, pero a pesar de todo me llevé el equipo. Hubiera sido imperdonable no hacerlo.

No me equivoqué, la única ventana de tiempo de la que dispuse fue la noche del sábado. Daba la coincidencia de que había ausencia total de nubes y luna nueva. La foto ya empezaba a gestarse en mi cabeza...

Para cerciorarme de las posibilidades nocturnas que podía ofrecerme el lugar consulté con el programa Stellarium (disponible para PC, iPhone y iPad) la situación de la Vía Láctea para las horas que podía escaparme. Su orientación al sur prácticamente coincidía con el archi-fotografiado Arrecife de las Sirenas. El lugar, el motivo y las condiciones meteorológicas confluían y no había que dejar pasar la oportunidad.

Pero las condiciones realmente no eran tan ideales como en principio parecían. Lo de positivo que tiene la fotografía nocturna lo tiene de negativo si uno no se sabe o no puede prepararse ante ello. Me estoy refiriendo a la ausencia total de luz y a las dificultades que esto entraña.

Si queremos tener unas mínimas posibilidades de éxito con nuestras fotos lo que nunca habría que hacer es llegar por primera vez al sitio a fotografiar en plena noche. Visitar la zona unas horas antes cuando aún hay luz nos permitirá estudiar encuadres y por tanto elegir el mejor además de fijar el punto del enfoque maximizando la profundidad de campo para que motivos en primer plano y estrellas salgan todos enfocados.

En mi caso, como no podía ser de otra manera, me planté en el lugar elegido poco antes de las once de la noche y como única fuente luz la de mi frontal, si exceptuamos claro está la del faro, que por su continuo giro de poco sirve para saber donde pisa uno.

Así pues no había comenzado a sacar el equipo y ya se me había planteado el primer problema. ¿Cómo encuadrar lo que quieres cuando lo que tienes frente a ti es el negro más absoluto sólo moteado por las estrellas cuando subía la mirada al cielo? Ante mí, a menos de cien metros, se levantaban las fotogénicas rocas del Arrecife de las Sirenas, elementos claves en el encuadre que buscaba, pero yo sólo las veía en mi imaginación.

Pero este no era el único problema. Para sacar detalles en las rocas del arrecife sabía que lo más adecuado era utilizar valores entorno a 30” f/2 a ISO1600. Bien, la máxima apertura de mi gran angular era f/4, dos pasos menos luminoso! Subir el ISO era tema prohibido por el ruido y alargar la exposición significaba que las estrellas dejaban de ser puntos.

El tercer problema era cómo enfocar. El puntero laser que llevaba, que en otras ocasiones funciona a la perfección para esta tarea, sabía que no tenía potencia suficiente para llegar a las rocas así que ni lo saqué de la mochila.

Ante tales dificultades se me había quitado de la cabeza buscar una composición poco vista y original. Con sacar una foto técnicamente correcta me daba por satisfecho. Con estos tres problemas por delante el reto estaba servido. ¿Cómo los solucioné? A continuación la respuesta.

Para el problema del encuadre no tuve otra opción que partir de una toma aleatoria orientada hacia el sur y haciendo fotos fui corrigiendo hasta dar con la disposición de elementos deseada. Después de varias tomas logré dar con la composición deseada. Una de las cosas que me dio más problemas y no terminé de cuadrar in situ, a pesar de tener el nivel de burbuja, fue la inclinación del horizonte que se veía acusada con la distorsión que introducía el objetivo a 17mm. Lo hice lo mejor que pude y el ajuste fino lo dejé para casa.

Para el segundo problema no vi más opción que hacer dos exposiciones que luego en tiempo de post-proceso fusionaría, una para las estrellas, forzando un poco la exposición, de 40” f/4 ISO 3200 y otra para las rocas de 6min f/4 ISO 800. Así lo hice bajo la suposición de que el ruido en la zona de estrellas no sería tan crítico como en la zona de rocas, además de que sería más fácilmente tratable con resultados dignos. El único detalle a pulir en la fusión de imágenes eran los rastros de estrellas de la segunda toma pero supuse que serían fácilmente eliminables como de hecho así fue.

Para el tema del enfoque la solución que se me ocurrió fue de lo más rudimentaria y no dudo que haya métodos más efectivos en estas situaciones. Fijé directamente el enfoque en manual a infinito. Hice un par de fotos de prueba y vi que en el LCD al 100% las rocas aparecían razonablemente enfocadas.

Ya en casa después de procesar ambas tomas siguiendo ni más ni menos que las mismas pautas que días antes había tratado de comunicar a los asistentes del taller acabé por obtener la fotografía que acompaña la entrada de hoy.

Para quien quiera intentar volver a fotografiar la Vía Láctea desde esta ubicación la próxima fecha en la que estará visible hacia el sur coincidiendo con luna nueva será el 1 de julio. El aspecto que ofrecerá será mucho más patente y de una belleza estética superior como atestigua la siguiente captura de Stellarium pero en este caso la Vía Lactea tendrá una orientación distinta por lo que habrá que currarse una nueva composición.

Dedico este post a los integrantes del taller y en especial a Manuma por el esfuerzo que realizó para que el taller fuese realidad. Nadie como él ha retratado el entorno de Cabo de Gata de forma tan original. Después de observar su trabajo resulta casi imposible dar con algún encuadre que él ya no tenga su archivo.

martes, 11 de enero de 2011

Taller de fotografía de paisaje costero


Ya está abierto el plazo de inscripciones para el próximo taller de fotografía de paisaje que impartiré el último fin de semana de abril en Cantabria.

El lugar elegido es la Costa Quebrada. Ya posteé hace algo más de un año mi experiencia al visitar este magnífico enclave natural. En poco más de 5km de costa se tiene acceso a una variedad paisajística sin igual lo que lo hace ideal para pasar un fin de semana en compañía de otros fotógrafos que quieran profundizar en las técnicas de fotografía de paisaje.

Si estás interesado no lo dejes para el último momento ya que las plazas se ocupan con rapidez.

Información sobre el programa de actividades: AQUÍ
Acceso directo a la página de inscripción: AQUÍ

lunes, 3 de enero de 2011

Calendario 2011: Año Internacional de los Bosques


Con motivo de la declaración del 2011 como Año Internacional de los Bosques la compañía de seguros RGA del Grupo Caja Rural ha lanzado una edición especial muy cuidada de un calendario de mesa y uno de pared (43x33cm) con los bosques españoles como protagonistas.

He tenido el honor de que una foto mía aparezca junto con la de otros destacados fotógrafos de naturaleza españoles, conocidos en algunos casos y amigos en otros. Diego López, Saúl Santos, Guillermo Fdez. Corroto, Juan A. Pavón, Joan Guillamat, Javier Alonso y Jep Flaqué son algunos de los fotógrafos que han participado en este bello calendario.