viernes, 17 de julio de 2009

Siguiendo la intuición

Hacía ya dos meses que no cogía cámara y trípode en busca de esos instantes que sólo la naturaleza es capaz de brindarte. La inminente llegada de un nuevo miembro en la familia y la atención a los que ya la forman poco tiempo me ha dejado para realizar escapadas. Los madrugones se hacen bastante difíciles de compaginar durante los meses de verano ya que me veo obligado a tener que levantarme a las 4:00 de la mañana, lo que significa 4 horas de sueño en el mejor de los casos.

Una semana de trabajo sin la familia en casa me ha permitido hacer un par de escapadas por las tardes que, a tenor de los resultados, considero fructíferas. En ambas he sacado lecciones de provecho.

El lunes por la tarde no tenía intención de coger la cámara ya que me había impuesto ciertas obligaciones que quería zanjar cuanto antes para así tener el resto de la semana lo más desocupada posible. Sin embargo a eso de las 5 de la tarde cuando regresaba del trabajo unas nubes sobre la sierra de lo más sospechosas, en el buen sentido, hicieron que no las perdiera de vista durante el resto de la tarde. Aún así debía zanjar mis obligaciones, ya tendría tiempo de ir a hacer fotos al día siguiente. De camino al centro de la capital sobre las 7 de la tarde veía como las nubes iban adquiriendo aún más carácter y un algo dentro de mí me roía y me hacía debatirme entre seguir o darme la vuelta para casa, coger los bártulos y salir derecho hacia la sierra. Como atado por una soga invisible que tiraba de mi me adentraba en la capital y perdía de vista toda referencia del estado del cielo. En mi interior sabía que dado las predicciones que había para el resto de la semana estas nubes podrían no repetirse. Tras un breve debate interno, pues no había mucho tiempo para decidirse, decidí abortar mi cometido y dar media vuelta hacia casa, coger el equipo y marchar para el embalse de Navacerrada, lugar que encuentro especialmente fotogénico y con muchas posibilidades.

A la vista de las fotos está claro que tomé la decisión correcta. En ningún otro día de la semana se han vuelto a repetir las condiciones de este lunes.



Sobre las fotos no hay detalles especialmente relevantes que comentar. En la primera foto me llamó la atención la forma de las rocas y su disposición, como piezas de un puzzle, dirigiendo la mirada hacia el horizonte. Quise resaltar estas formas y por eso utilicé un filtro neutro para suavizar al máximo la textura del agua que de lo contrarío, con sus brillos y texturas marcadas hubiera restado protagonismo a las rocas. El sol me quedaba la derecha por lo que el uso del polarizador era obligado para oscurecer el cielo y resaltar las nubes. Por supuesto un filtro degradado neutro inverso fue necesario para equilibrar las luces del fondo y del primer plano y presentar esas nubes en todo su potencial.



Con el sol casi oculto y más a la carrera que de otro modo buscaba otros motivos que me inspirasen y que sacaran provecho de las fantásticas luces que me estaba regalando el atardecer. Sería una pena no aprovecharlas hasta el último momento. En mi paseo por la orilla me topé con estos montículos de roca y el pequeño arbusto agitado por el viento. Un encuadre con la línea de la orilla en sentido horizontal habría producido una toma muy estática, así que busqué un punto de vista con dicha línea en posición oblicua. Esto hace las rocas parezcan que están mirando hacia el sol tras las montañas ofreciendo un recorrido visual desde la esquina inferior izquierda hasta el centro derecho de la imagen y de ahí hacia la esquina superior izquierda. recorriendo así todos los detalles del cielo. Creo que la imagen funciona y lo que es mejor transmite cierta serenidad por la calidez de sus luces y las personificación de las rocas como entes vivos que disfrutan de la puesta de sol.

Hasta aquí lo que dio de sí la primera escapada de la semana. Como lección aprendida saco que muchas veces hay que dejarse guiar por la intuición aunque ello signifique romper con planes prefijados.

En un próximo post os comentatré la segunda salida y mis experiencias nocturnas....

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, la improvisación, tanto en fotografía como en la vida misma, es a veces la clave del éxito!!

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